Sasso olive oil can

Aceite de oliva

Elizabeth Zanoni

En 1910 Argentina era el mayor importador mundial de aceite de oliva. Los inmigrantes italianos favorecían este comercio porque el aceite de oliva era un ingrediente esencial en su cultura culinaria, fuente de sabor y grasa. La popularidad del aceite de oliva entre los italianos y los argentinos muestra conexiones entre las tradiciones culinarias de Italia, España, y otros países mediterráneos. Las historias del colonialismo y de la migración a Argentina produjeron estas conexiones y ofrecieron a los exportadores italianos un gran mercado.

A lo largo de los siglos, el aceite de oliva ha sido un ingrediente esencial en la cultura culinaria de muchos países mediterráneos como Italia, España, Grecia y Túnez. A mediados del siglo 19, las regiones en las que se producía el aceite empezaron a incrementar su producción para exportarlo en particular hacia los países, incluida Argentina, donde se habían establecido los migrantes provenientes de esas tierras. Los inmigrantes y los argentinos de diferentes orígenes usaban el aceite de oliva para cocinar, saltear y freír, pero también como base para diferentes condimentos. El aceite de oliva era una importante fuente de grasa y de sabor en las dietas de los inmigrantes y Argentina se convirtió en el primer mercado de exportación de Italia.

Imagen 1. Publicidad del aceite de oliva italiano de la marca Sasso, 1925.
Fuente: Publicidad del aceite de oliva italiano de la marca Sasso, La Patria degli Italiani (Buenos Aires), 27 abril 1925, p. 4.

La marca Sasso, fundada en 1869 en Liguria, era la marca de aceite de oliva más vendida en Argentina. Sin embargo, el país importaba aceite de oliva también desde otros territorios del Mediterráneo, especialmente desde España. El aceite de oliva era un elemento clave en la despesa de los inmigrantes italianos, así como en la de otras poblaciones. El hecho de que, en Argentina, tanto los italianos como los no-italianos consumieran aceite de oliva en gran cantidad, indicaba que había características comunes entre las culturas culinarias que los inmigrantes encontraron en la tierra de acogida. Estas similitudes habían sido creadas a partir de las conexiones entre España e Italia que habían ocurrido en la Primera Edad Moderna y con Argentina durante la colonización española.

La producción a nivel industrial de aceite de oliva en Europa, en el Norte de África y en Medio Oriente creó una fuerte competencia entre los comerciantes, y esto llevó a los mercantes italianos a intentar proteger su industria contra las imitaciones de los aceites extraídos de diferentes plantas o contra el aceite de oliva falsamente etiquetado como “italiano”. Los anuncios publicitarios ponían en guardia a los consumidores italianos inmigrados desde Italia contra los fraudes (especialmente a las consumidoras puesto que eran las responsables de cocinar), y los invitaban a comprar solo aceite de oliva auténticamente italiano. Más tarde, en el siglo 20, Argentina desarrolló su industria comercial de aceite de oliva para la que usaba variedades europeas de olivas, especialmente la variedad Arauco, que se cultivaba en el país ya a partir del periodo colonial.

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