Los tomates en lata

De Elizabeth Zanoni
Traducción de Mirta Roncagalli

Los tomates son originarios de las Américas. Durante el periodo de migración italiana masiva hacia Argentina, los tomates ya formaban parte de la dieta italiana y representaban, de hecho, el ingrediente principal de salsas, estofados y condimentos. Al comenzar la migración masiva hacia Argentina en el último tercio del siglo 19, tal producto de origen americano fue llevado nuevamente a las Américas de forma novedosa.

Argentina era un mercado particularmente prometedor para los tomates en lata si consideramos la numerosa población italiana y que el país, antes de la Primera Guerra Mundial, no tenía una gran producción alimenticia a nivel industrial. El amor de los italianos por los tomates influenció la cultura culinaria argentina (no solo en los alimentos que los italianos trajeron como las salsas y las pizzas, sino también en los estofados argentinos de verduras y carne).

Los colonizadores europeos y los “exploradores” de las Américas llevaron el tomate a Italia y a otras zonas de Europa durante el Intercambio colombino, es decir, durante el gran movimiento de alimentos, plantas, animales y virus que ocurrió a través del Atlántico durante el período de la Primera Edad Moderna. Con el tiempo, los italianos, especialmente meridionales, hicieron de los tomates una parte integrante de la cultura culinaria cotidiana. Los tomates se comían crudos y aparecían como un ingrediente clave de salsas regionales, estofados y condimentos. Acompañaban la pizza que en el siglo 19 se convirtió en una conocida comida callejera para las poblaciones de Nápoles. Ya en la mitad del siglo 20, Italia tenía varias instalaciones de procesamiento del tomate a gran escala que producían tomates en lata.

En Argentina, la demanda por parte de los inmigrantes de tomates enteros, pelados y en lata, así como de salsas, patés y estratos, sostenía el comercio internacional con Italia. Además, la expansión italiana en el Mediterráneo y en América Latina durante la Primera Edad Moderna significaba que el tomate ocupaba una posición clave en la cultura culinaria no solo de los italianos que llegaban a Argentina, sino también de los argentinos, españoles y otros inmigrantes.

Imagen 1: Publicidad del extracto de tomate italiano de la marca Cirio, 1925.
Fuente: Publicidad del extracto de tomate italiano de la marca Cirio, La Patria degli Italiani (Buenos Aires), 3 septiembre 1925, p. 3.

Uno de los mayores productores, envasadores y exportadores de tomates a Argentina era la empresa Cirio, fundada por Francesco Cirio de Asti. Las publicidades de los productos Cirio aparecían regularmente en los periódicos en lengua italiana. A menudo estas inserciones incluían consumidores que compraban y comían tomates de la marca Cirio para mantener su identidad de italianos en el extranjero y para apoyar la economía y la industria italiana. Hoy, argentinos de diferentes orígenes comen los tomates en los que han llegado a ser los platos típicos argentinos como la pizza y la pasta, demostrando así la duradera herencia de la inmigración italiana y de la cultura culinaria italiana.

Imagen 2: Publicidad del extracto de tomate italiano de la marca Cirio, 1925
Fuente: Publicidad del extracto de tomate italiano de la marca Cirio, La Patria degli Italiani (Buenos Aires), 18 noviembre 1925, p. 7.

Lecturas adicionales

Top