Una breve historia de la inmigración italiana

Benjamin Bryce, Universidad de la Columbia Británica

Los italianos fueron el grupo migratorio más numeroso en la Argentina durante más de un siglo, a partir de la década de 1850. Una inmigración significativa continuó después de la Segunda Guerra Mundial y, desde entonces, la movilidad sur-norte entre la Argentina y los países de Europa continúa los caminos recorridos por los italianos un siglo antes Mientras los políticos e intelectuales rioplatenses buscaban fomentar la inmigración europea en las décadas de 1850 y 1860, los italianos se convirtieron inmediatamente en el grupo más grande. Constituían el 71 por ciento de todos los inmigrantes en la década de 1860 y todavía eran el 45 por ciento de todos los nuevos inmigrantes que llegaron al país en la década posterior a 1900.

Tabla 1. Inmigración italiana en la Argentina, 1857-1955

1857-60 12,355
1861-1870 113,554
1871-1880 152,061
1881-1890 493,885
1891-1900 425,693
1901-1910 796,190
1911-1920 347,388
1921-1939 670,000
1945-1955 500,000
Total 3,511,126

La inmigración italiana a la Argentina antes de la Primera Guerra Mundial provino de muchas regiones, pero las cuatro más comunes fueron Piamonte y Lombardía (ambas en el norte) y Calabria y Sicilia (ambas en el sur). Esto se debe en gran medida a que más gente emigraba del norte desde antes, en una época en la que Argentina, y no Estados Unidos, era el principal destino de los emigrantes italianos. Desde sus inicios, este flujo migratorio con una marcada impronta regional que varió con el tiempo, se desarrolló gracias a las conexiones personales y el conocimiento sobre la Argentina que fomentaron la emigración de la región alrededor del puerto de Génova.

El Hospital Italiano de Buenos Aires, 1907

Fuente: Archivo General de la Nación, Buenos Aires, Caja 2567 – Hospitales, varios, ítem 11492_A.

Al igual que los inmigrantes de otros orígenes, los italianos crearon una variedad de instituciones comunitarias en Buenos Aires. Por ejemplo, los italianos fundaron la Unione e Benevolenza en 1858, una asociación de socorro mutuo que ayudó a los inmigrantes necesitados con varios servicios, tales como una bolsa de trabajo, la atención médica, los gastos de entierro y la educación bilingüe a niños. En la década de 1870, los inmigrantes adinerados también abrieron un hospital italiano que, al igual que ese socorro mutuo, brindaba servicios de atención médica según criterios étnicos. Se abrieron docenas de periódicos en italiano en la ciudad y en otras partes del país. Los italianos y muchos otros inmigrantes crearon escuelas bilingües en todo el territorio. En 1916, de las cuarenta y tres escuelas dirigidas por inmigrantes en la capital argentina, doce enseñaban en italiano.

El personal médico del Hospital Italiano de Buenos Aires

Fuente: Archivo General de la Nación, Buenos Aires, Caja 2567 – Hospitales, varios, ítem 11498_A.

La migración italiana, igual que la mayoría de la de los países europeos en esta época, fue muy masculina, y este desequilibrio estuvo vinculado a dos estrategias familiares. Para aquellos italianos que llegaron a la Argentina con el objetivo de enviar dinero a casa o regresar a Italia con ahorros acumulados en el exterior, los trabajadores varones jóvenes podían ganar más que las mujeres o las personas mayores. Y para familias enteras que buscaban emigrar, un esposo a menudo viajaba antes que la familia y, en algunos de esos casos, los planes cambiaban y el esposo regresaba a casa. Aunque este desequilibrio de género es cierto, no debemos ignorar la importancia de la movilidad de las mujeres. Por ejemplo, en 1914 las mujeres eran el 37 por ciento de todos los italianos en Argentina. Aunque predominan los hombres, estas estadísticas también significan que había 344.000 mujeres italianas que buscaban trabajo y una nueva vida lejos de casa.

La Comisión de Damas, Unione e Benevolenza, 1907

Fuente: Archivo General de la Nación, Buenos Aires, Caja 1077 – Sociedad Española de Beneficencia y Unione e Benevolenza, ítem 66992_A.

Los nacionalistas italianos, a lo largo de este período, tenían fantasías imperialistas sobre cómo los emigrantes podrían apoyar las ambiciones geopolíticas y económicas de la madre patria. De hecho, los Estados Unidos y Argentina fueron, por mucho, los dos destinos más comunes para las exportaciones italianas, y los hábitos de consumo de los inmigrantes desempeñaron un papel importante en la creación de mercados de exportación. En la década de 1920, el régimen fascista de Italia trató de movilizar a las comunidades de la diáspora para que apoyaran a Italia, pero esos esfuerzos también expusieron los senderos que se bifurcan de la identidad étnica y el nacionalismo europeo. Mientras algunos apoyaban con entusiasmo a Benito Mussolini y al fascismo desde lejos, otros se movilizaron para marcar un lugar para la oposición política y dar la bienvenida a los exiliados italianos.

Las ambiciones nacionalistas de muchos grupos migratorios y actores en Europa, pero especialmente las de los italianos, llamaron la atención de los políticos e intelectuales argentinos. La presión de Italia y de otros lugares de Europa a partir de la década de 1880 también dio forma y significado a las ideas de nación en Argentina.

En la década posterior a la Segunda Guerra Mundial, otro medio millón de italianos llegaron a la Argentina. Fue solo entonces que la economía argentina cesó el crecimiento feroz que había comenzado un siglo antes y, por lo tanto, cuando otros destinos más cercanos a Italia se hicieron más atractivos (por ejemplo el programa de Gastarbeiter o trabajadores invitados de Alemania del Oeste). Entonces, el fuerte movimiento de personas de Italia al Río de la Plata aminoró la marcha.

Sin embargo, esa movilidad histórica sigue teniendo un papel en la sociedad argentina. Durante un referéndum constitucional de 2016 en Italia, había 673.238 ciudadanos italianos en la Argentina. Casi todos eran argentinos que habían adquirido un pasaporte europeo por ascendencia. La avidez de esos “italianos” por obtener un pasaporte que acreditara su ascendencia, es solo una manifestación de las múltiples huellas que dejan los procesos migratorios y que atraviesan la identidad de distintas generaciones.

Para leer más

Aliano, David. Mussolini’s National Project in Argentina. Madison, NJ: Fairleigh Dickinson University Press, 2012.

“Attività e Servizi,” Annuario Statistico 2009, p. 81. http://www.esteri.it/MAE/Pubblicazioni/AnnuarioStatistico/Capitolo2_Annuario2009.pdf

Baily, Samuel. Immigrants in the Lands of Promise: Italians in Buenos Aires and New York City, 1870-1914. Ithaca, New York: Cornell University Press, 1999.

Bertoni, Lilia Ana. Patriotas, Cosmopolitas y Nacionalistas: La Construcción de La Nacionalidad Argentina a Fines Del Siglo XIX. Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica, 2001.

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Devoto, Fernando. Historia de los italianos en la Argentina. Buenos Aires: Editorial Biblos, 2006.

Finchelstein, Federico. Transatlantic Fascism: Ideology, Violence, and the Sacred in Argentina and Italy, 1919-1945. Durham, North Carolina: Duke University Press, 2010.

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Huernos, Marcelo. “Disputes over Italianness.” In Transatlantic Battles, edited by María Inés Tato, 164–185. Leiden, The Netherlands: Brill, 2022. doi: https://doi.org/10.1163/9789004523258_011.

“Referendum Costituzionale.” La Repubblica. 4 diciembre 2016.https://www.repubblica.it/static/speciale/2016/referendum/costituzionale/estero.html, último acceso efectuado el 17 de febrero de 2023.”

Resumen estadístico del movimiento migratorio en la República Argentina, años 1857–1924. Buenos Aires: Talleres gráficos del Ministerio de Agricultura de la Nación, 1925.

Tercer Censo Nacional, Tomo I, Antecedentes y comentarios. Buenos Aires: Talleres Gráficos de L.J. Rosso y Cía, 1916.

Zanoni, Elizabeth. Migrant Marketplaces: Food and Italians in North and South America. Urbana, Illinois: University of Illinois Press, 2018.


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