Mirta Roncagalli
El tango, género musical y baile originario del Río de la Plata, puede preciarse de una fuerte influencia italiana en su historia y desarrollo. No solo el origen de muchos músicos, compositores y cantantes es italiano, sino que los aportes de tal cultura se pueden apreciar también en el aspecto lingüístico, en los temas, en el estilo musical y en la difusión del tango mismo. Un ejemplo de tal encuentro es el caso del Barón Antonio Oscar De Marchi. Milanés de nacimiento, pero argentino de adopción, quien en 1913 pensó y organizó los primeros eventos de tango para la aristocracia porteña (Fumagalli 16). Paralelamente, en esos años, el tango se estaba convirtiendo en un éxito también en Italia. Incluso había llamado la atención del famoso artista Filippo Tommaso Marinetti quien, aunque para despreciarlo, hablaba del baile argentino en sus escritos futuristas y en particular en una carta de 1914 titulada “Abbasso il tango e Parsifal!”
Sin embargo, si damos un paso atrás, vemos cómo la fascinación de De Marchi y Marinetti es solo uno de los resultados de décadas de continuo intercambio cultural. A partir de la mitad del siglo diecinueve, de hecho, empiezan los años de la inmigración masiva desde la península hacia Argentina e inevitablemente también comienza la contribución italiana en distintos aspectos de la vida en el país de acogida. Los temas tratados en el tango son un claro ejemplo de tal influencia. Los tangos que hablan de los italianos y de su destino se dividen en dos grupos, por un lado, los que exaltan el fenómeno migratorio hacia Argentina y, por el otro, nos hallamos con unas letras que narran la tristeza, la nostalgia y el sentido de desarraigo de los migrantes (Conde 76). Otro ejemplo de tal hibridación lo encontramos precisamente en el aspecto musical del tango: los primeros grupos musicales que tocaban tango eran tercetos compuestos por un violín, una guitarra y una flauta, fueron luego los italianos quienes introdujeron el piano y el bandoneón alrededor de 1900 (André 301). Un cambiamiento más que se produjo en el tango gracias a las instituciones italianas afectaba el elemento bailado del tango. La impronta italiana también se manifestó en una nueva forma de bailar el tango: los clubes italianos, así como las sociedades italianas de socorro mutuo y ayuda, al alquilar sus salones a los aficionados del baile, influyeron para que se bailara un estilo más refinado que aquel tango callejero conectado con los locales de La Boca llamados bodegones (Liberatori 81). Se produjo, entonces, un cambio que contribuyó a la reevaluación del tango y a percibirlo no como inmoral o conectado con la criminalidad, sino como un baile social regido por un código. Los conventillos fueron otro lugar central para el enriquecedor intercambio cultural entre la cultura popular de los migrantes italianos y la porteña. Los conventillos eran casas en las que podían alojarse los migrantes que acababan de llegar a Buenos Aires. En estos lugares se mezclaban tradiciones, culturas, e idiomas y se generaba un producto cultural nuevo (Liberatori 78). Un ejemplo de tal encuentro, importantísimo para el tango, es el Lunfardo.
El Lunfardo es un idioma de hibridación en el cual se escribían (y se escriben) las letras de los tangos. Un sistema lingüístico principalmente usado por las esferas sociales más bajas de la región del Río de la Plata y que nació gracias a la combinación y contaminación de varios idiomas, especialmente de los dialectos italianos como el piamontés, el lombardo, el véneto, el toscano, el napolitano, el calabrés, el siciliano y el genovés. El mismo término “Lunfardo” nace de la variación lingüística de “lombardo” y significa “ladro” (André 302). Tal código lingüístico habría tenido fuertes relaciones con el crimen y por esa razón se habría extendido especialmente entre los miembros de la parte más emarginada de la población, inicialmente más involucrada con el tango (Washabaugh 18). Sin embargo, según otros lingüistas, el idioma habría evolucionado a partir de otro, el Cocoliche, una lengua de transición usada por los migrantes italianos que mezclaban su idioma natívo y sus dialectos con el español. Sin embargo, según otros lingüistas, el idioma habría evolucionado a partir de otro, el Cocoliche, una lengua de transición usada por los migrantes italianos que mezclaban su idioma natío y sus dialectos con el español.
Algunas palabras del Lunfardo de origen italiano con las que nos hallamos a menudo en las letras del tango son, por ejemplo: mina (“mujer”), minga (“nada”), encanar (“encarcelar”), morfar (“comer”), vento (“dinero”), fiaca (“pereza”), crepar (“morir”), chitrulo (“bobo”), cuore (“corazón”), yeta (“mala suerte”), bacán (“persona con mucho dinero”), mango o guita (“dinero”), y muchas más. Algunas de éstas podemos escucharlas en el tango Prepárate pa’l domingo aquí propuesto:
Un aspecto interesante es que, a causa del debate nacional sobre la pureza del idioma, entre 1933 y 1953 el uso del Lunfardo fue prohibido en los medios de comunicación. Una censura sobre la radiodifusión argentina que, sin embargo, no logró eliminar el uso de la lengua. En 1962 de hecho fue fundada la Academia Porteña del Lunfardo. En esos mismos años el tango emergía como arte nacional y como producto de la migración, y contrariamente a lo que podría pensarse no surgió como instrumento de asimilación de los mismo migrantes, sino más bien como sistema de cohesión y nueva Argentinidad (Liberatori 89).
Todo Tango: archivo digital de música y letras
En esta página, entre otras cosas, se encuentra un diccionario de Lunfardo, así como las letras de algunos tangos (por ejemplo El ciruja, El caprichoso, Minga, me van a cambiar!, … ) en las que hay palabras lunfardas de origen italiano.
Fuentes
- André, M. C. «Tango y Lunfardo: Un Estudio Transatlántico Sobre La Identidad Argentina / Tango and Lunfardo: A Transatlantic Study about Argentinian Identity.» Kamchatka, núm. 9, 2017, pp. 297-311.
- Bedoya Ángel, L. C. “El conventillo.” El mundo.com, 2018, https://www.elmundo.com/noticia/El-conventillo/374888
- Conde, O. “La inmigración italiana en las letras del tango.” Italian Migration and Urban Music Culture in Latin America, editado por Nils Grosch, Rolf Kailuweit, 2015, pp. 73-84.
- Fumagalli, M. «Il Tango Nella Milano Del Primo Novecento: Lo Strano Caso Del Barone De Marchi.» Criando, núm. 4, 2019, pp. 15-21.
- Goldoni, F. «Los italianos, el lunfardo y el tango.» The Coastal Review: An Online Peer-reviewed Journal, vol. 9, núm. 1, 2017, pp. 1-29, https://digitalcommons.georgiasouthern.edu/thecoastalreview/vol9/iss1/1
- Liberatori, A. «Rock ’n’ Roll, Tango, and Italian Boogie-Woogie: Transnational Music and Immigrant Life in Buenos Aires.» Cultural History, vol. 7, núm. 1, 2018, pp. 76-97.
- Marinetti, F. T. Abbasso il tango e Parsiafl!, 1914, https://archive.org/details/f.t.-marinetti-abbasso-il-tango-e-parsifal-1914_202205/page/n1/mode/2up
- Washabaugh, W. “Introduction: Music, Dance, and the Politics of Passion” The Passion of Music and Dance: Body, Gender and Sexuality, Routledge, 2020.